La vegetación ha sido y es una parte esencial de las construcciones en ciertas culturas, y ese carácter se ha ido trasladando en los últimos años al interior, quizás debido al Pantone de 2017 “Greenery” que abrió la puerta a que las tonalidades verdes y la decoración vegetal formasen parte de la vida diaria de los espacios interiores.

Vegetación y arquitectura.

Vegetación y arquitectura han ido siempre de la mano, es difícil imaginar ciertos edificios o espacios sin su parte vegetal, esta agrega un valor estético, a la vez que proporciona beneficios, impactando en nuestra salud y el estado anímico.

Las plantas como elemento orgánico en continuo cambio, dotan de versatilidad las estancias, crean claro-oscuros, sombras y luces, y matices que varían a lo largo del año, convirtiéndose en un potente elemento de composición. Aportan movimiento y ritmo, y consiguen romper con la rigidez de los espacios dominados por líneas rectas, logrando ambientes más acogedores sin necesidad de recurrir a tonalidades cálidas. Se crea por tanto una armonía entre los elementos que ordenan, el mobiliario, como parte inmóvil y la vegetación como parte móvil.

La ubicación de las plantas permite delimitar espacios muy amplios sin necesidad de recurrir a elementos fijos y potentes que hacen las estancias más estáticas.

Muchas posibilidades verdes.

Podemos trabajar con plantas altas, medianas y pequeñas agrupándolas en números pares e impares. Los pares crean simetrías, que podemos romper eligiendo volúmenes, texturas, colores y tamaños distintos de hojas, y los impares dotan de mayor ritmo a la composición proporcionando un toque interesante.