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Hoy hablamos con Dumaker, un artista polifacético de gran nivel, y con un estilo muy personal: ilustrador, diseñador gráfico y animador. Estemos atentos a su evolución y trayectoria.

Cursé los estudios de ilustración en la Escuela de Artes de Toledo y el Grado de Diseño Gráfico en la Escuela Superior de Diseño Pedro Almodóvar de Ciudad Real y siempre me ha apasionado todo lo relacionado con la imagen. Me encanta no encasillarme por completo ni en un estilo ni en una técnica, e intento explorar . Actualmente compagino mi trabajo como diseñador gráfico senior con el desarrollo de proyectos personales.

¿Por qué decidiste dedicarte a la animación? ¿Cómo comenzaste?

Aunque me considero antes ilustrador (sobre todo digital) y diseñador gráfico, mi modesta faceta como animador surge, creó, como una necesidad natural de buscar otras formas de expresión visual, una excusa para dotar de movimiento lo que habitualmente dibujaba o diseñaba en estático.

Así que, en resumen, la animación es otra faceta más o la evolución lógica de alguien que busca explorar estilos y formatos variados. También me gusta aprovechar la animación para intentar enfoques algo diferentes, creo que es un lenguaje que, en mi caso, pide eso, ir un pelín más allá.

Soy muy fan de los experimentos visuales, mezclar imagen real y dibujo e intentar producir piezas diferentes. También le doy una gran importancia a la parte sonora, creo que en las piezas de animación que elaboro la música y el sonido son tremendamente importantes y, cuando son proyectos un poco más elaborados me gusta contar con un buen amigo que se encarga de la parte sonora.

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Además de animador, eres ilustrador. Cuéntanos más sobre esto.

Como digo, mi especialidad es la ilustración, y en torno al dibujo surgen mis trabajos puntuales de animación. Dibujando es como me siento más cómodo, y aunque disfruto explotando diferentes estilos y acabados, sobre todo trabajo la temática underground y oscura. Mis temas preferidos son los seres y los lugares que están en el margen: punkys y brujas, esqueletos y vampiros, fantasmas y gangsters. Lo triste, melancólico y desquiciado también me atrae, pero soy muy fan de darle un toque cute a algunos trabajos, meter algún contraste, algo inesperado.

Has trabajado en proyectos muy interesantes… ¿en qué proyectos estas sumergido actualmente?

Hace tiempo que dedico mi tiempo libre a mis propios proyectos personales, o a retos de colectivos que me parezcan interesantes. Como proyecto inacabado, y que posiblemente nunca termine está una pequeña historia interactiva con ilustraciones propias. 

¿Qué referencias o autores te inspiran como animador?

Mi inspiración en el campo de la animación son sobre todo trabajos del campo del motion graphics, que es un poco donde se podría enmarcar mis animaciones, debido especialmente a mi total incapacidad para la animación tradicional cuadro a cuadro.

No tengo autores concretos como referente, sino que disfruto de todo aquello que veo a diario. De hecho diría que no hay día que no vea alguna pieza que me alucina. Actualmente son tantas las fuentes en las que ver piezas geniales que para mi es imposible llevar la cuenta de estudios, autores y demás.

¿Qué consejo le darías a un estudiante de animación?

Aunque no soy, ni de lejos, un especialista, como todo artista visual le diría que te nutras de tu entorno, de lo que tienes cerca, y también que veas y recojas como una esponja lo que genera otra gente, en todo el mundo.

Y obviamente no solo en cuanto a animación: mira lo que hace dibujantes, diseñadores, incluso perfiles menos evidentes como arquitectos, o diseñadores de producto pueden inspirarte. También en videoclips, pelis o libros.

Al final creo que el mejor consejo es ese, buscar tu propio lenguaje, pero no dejar de alimentarlo con lo que generan los demás para hacerlo más interesante. Ve un poco más allá, al menos en la faceta creativa más personal, más allá de los trabajos profesionales, usa la animación para, en la medida de sus posibilidades, poner tu granito de arena, para cambiar el mundo un poquito: señalar a los malos, ayudar y dar visibilidad a las buenas, y empuñar el arte como si fuera un arma, porque lo es.

Creo que se nos vienen tiempos especialmente oscuros, y desde cualquier faceta creativa podemos instalar nuestra trinchera. Ah, y di no a los NFTs.