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Metalhead es el episodio nº 5 de la temporada 4 de Blackmirror, producción audiovisual de Netflix. Los protagonistas de la trama de este capítulo son unos perros robóticos que apresan a los seres humanos, ya que la programación informática de los perros está configurada para acabar con ellos. Los personajes de la serie se sumergen en una misión en la que buscan una fórmula, un regalo para un niño enfermó y viajan hasta un terreno militar, desolado e invadido por los perros.

 

Diseño inspirado en los robots cuadrúpedos de Boston Dynamics.

El diseño de perros-robot utilizados en la serie está inspirado en los robots cuadrúpedos de Boston Dynamics: los SpotMini. Los primeros SpotMini surgieron en 2017, y hasta la fecha han desarrollado diferentes versiones que exponen su evolución (la propia compañía expone un video en sus redes en el que puede visualizarse). A estos robots les caracteriza su movimiento y sistema de orientación que se asimila al de un mamífero, concretamente el del perro, del que también acoge sus nociones de personalidad en cuanto a la lealtad, servicio y vínculo incondicional a sus amos.

 

Metalhead también es un homenaje al cine clásico.

Un dato curioso es que en un inicio Boston Dynamics planteó la función de estos robots para uso militar: artefactos capaces de llevar cargas pesadas por zonas de difícil acceso donde un vehículo normal no podría llegar. Incluso se pensó en su momento en insertar un arma en la cabeza para enviarlo a zonas de conflicto. Es justo este primer propósito el que infunde el capítulo de Metalhead, y que nos induce a una distopía recreada en género de terror, siendo al mismo tiempo un homenaje al cine clásico. El propio guionista, Charlie Brooker, cuenta que se vio inspirado por los SpotMini: llamó mucho su curiosidad la capacidad de movimiento y recuperación de posición incluso cuando son maltratados, hasta el punto de parecerle subversivo en el sentido de la posibilidad de una evolución antagónica a su ética programada.

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El director de este capítulo, David Slade, eligió la estética del blanco y negro para así generar mayor sensación de frialdad, así como también es otro guiño al cine clásico de terror, consiguiendo resaltar las expresiones y las sensaciones de pánico en el espectador.

 

El cuestionamiento ético de la robótica.

El título del capítulo “Metalhead”, también está en sintonía, nuestros pensamientos nos llevan a esos colores y a experimentar la desincronía que sufre ese símbolo del perro en relación a nosotros. Perros cuyo principal objetivo es destruirnos a toda costa y sus características físicas son totalmente apropiadas para ello. El director, por tanto, con este capítulo nos lanza un cuestionamiento:

Los perros-robot actuales presentan una asombrosa semejanza física y de comportamientos a los perros-animales. Pero quizás una de las cualidades que más destacamos de un perro-animal es la sorprendente relación con el ser humano, como compañero de viaje, que se ha formado en base a una correspondencia común. Con los perros-robot la responsabilidad y respuesta emocional que le corresponden al hombre serían innecesarias para que estos perros nos satisfagan.

El director representa lo expuesto con el objetivo principal de los protagonistas que se desvela al final del capítulo. Se arriesgaron a recorrer ese terreno árido, abandonado y conquistado por los perros para conseguir un osito de peluche para el sobrino enfermo de la protagonista. Con este símbolo, nos sitúa en un mundo extremo en el que mantener eso, que nos hace humanos, se ha convertido en un objeto de lujo que ni siquiera puede conseguirse con dinero. Está oculto y hay que arriesgarse.

Quizás este capítulo sea al mismo tiempo un reclamo a nuestra forma de dar apariencia física a un robot en sí. ¿Qué es lo que verdaderamente importa? Las funcionalidades son asombrosas, pero, ¿es un perro realmente?, ¿cuál es nuestro concepto de perro?

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Por ello, este capítulo presenta ese desvío, esa transformación del perro-robot que ya no identificamos con su origen, si no como otra cosa: con una cabeza metálica. En definitiva, esta obra audiovisual tiene una gran riqueza en muchos sentidos: a nivel estético, audiovisual y, sobre todo, en guionización ya que pone en cuestionamiento nuestros valores: ¿cómo queremos que se la robótica del futuro? Y de nosotros, solo dependerá si queremos que exista una ética detrás de ella.

Os recomendamos ver este capítulo, y en general, la serie completa de Blackmirror, que revisa nuestra relación como humanos con la tecnología. Os sorprenderá.

Te dejamos el enlace al trailer: