Veneno (2020), es una serie española biográfica de 8 episodios, sobre la vida de Cristina Ortiz, conocida nacionalmente como “La Veneno”, basada a su vez en el libro ¡Digo! Ni puta, ni santa. Las memorias de La Veneno (2016), escrita por la periodista Valeria Vegas. La serie, ganadora de diversos premios entre los que se encuentran los de mejor serie del año 2020, mejor interprete femenina y mejor dirección, entre otros, está dirigida por Javier Calvo y Javier Ambrossi, los cuáles han hecho un excelente proyecto audiovisual de esta biografía.
Cristina Ortiz fue una chica que nació en un cuerpo masculino, y que jamás se sintió como tal. En Adra, un diminuto pueblo de Almería, tuvo que sufrir desde pequeña el rechazo y otros tipos de violencia de quienes le rodeaban, incluidos familiares.
La Veneno, un icono de la libertad de expresión
La Veneno fue una pionera y significó un grito al cielo en la década de los noventa, un icono de la defensa de la libertad de expresión y de ser. Visibilizó el colectivo trans y se convirtió en un icono LGBTI del país.
No tuvo una vida fácil, y lo transmitió en su salto a la fama. Su historia no es única, pero ha servido para sacar a relucir lo que le sucede a la mayoría de chicas como ella: rechazo laboral, familiar y de todos los ámbitos, que terminan arrastrándole sin otra salida al mundo de la prostitución. Esta norma, desgraciadamente, hoy en día sigue sucediendo.
La vida no resulta sencilla para personas que sufren el rechazo de la sociedad, y psicológicamente esto genera muchas secuelas: ansiedad, depresión, trastornos alimenticios, tendencias auto-destructivas, consumo de drogas…
En un día como hoy, concienciarnos de la simpleza de dejar a cada uno ser como quiera, y no condicionar negativamente la vida de nadie, es importante, y figuras como Cristina Ortiz, pioneras en la lucha, son muy dignas de ser comentadas.
Los Javis vuelven a superarse
Por ello, “Los javis” (el apodo con el que se conoce a estos directores de la serie) en este sentido, han proyectado de maravilla tanto la biografía de La Veneno como el mensaje que promulgó durante su activismo. Al principio, puede parecer que se trata de un trabajo audiovisual diferente al que estamos acostumbrados a ver por parte de estos directores, ya que es un relato que se aleja del marcado tono de humor que les caracteriza, como, por ejemplo, en la serie Paquita Salas.
Restando este aspecto, vemos continuos guiños relevantes a su acostumbrado lenguaje audiovisual: El contenido reivindicativo del colectivo LGTBIQ siempre ha estado presente en sus series y películas. También el utilizar cameos, personas del panorama actual que suponen personajes peculiares y que aparecen como actores en esta serie, que son un añadido a la estética castiza que se huele en sus producciones audiovisuales.
Apuntar, que para este trabajo los directores se han abierto a incluir a actores y actrices sin experiencia previa pero que provienen de la transexualidad, un gesto que también da mucho valor a esta serie.
Además, los javis, se han visto rodeados por un importante elenco de profesionales en el aspecto técnico de la producción. Entre algunos de los más importantes podemos encontrar a Gris Jordana (nominada al Gaudí por ‘La vida sense la Sara Amat’) es la directora de fotografía; Pepe Domínguez (cuatro veces nominado al Goya y ganador por ‘La isla mínima’) es el director de Arte. Ana López (creadora del vestuario de ‘La llamada’ y de ‘Paquita Salas’, que, además, fue nominada al Goya por ‘Quién te cantará’) es la responsable del vestuario. Mariló Osuna (nominada al Goya por ‘Las 13 rosas’) se encarga del Maquillaje de la serie y Pablo Morillas (‘Paquita Salas’ y ‘La llamada’) es el responsable de Peluquería.
Desde eDuca Futura os recomendamos con creces ver esta serie que no os dejará indiferente. La violencia y rechazo hacia el colectivo LFGBIQ, desafortunadamente aún sigue vigente, y, por tanto, es evidente que necesitamos poner en relevancia a este tipo de referentes, así como toda cultura que nos haga abrir la mente y pensar en la igualdad. El hilo hacia el retroceso es muy fino, hay que dar voz a los que defienden el amor y la libertad, a esos pasos que poco a poco rompen barreras.